En el corazón de Lavapiés, uno de los barrios más vibrantes y diversos de Madrid, hay una pequeña librería que no sigue las reglas del mercado. Se llama Tráfico de Libros, pero lo que mueve no es dinero: es confianza, comunidad y amor por la lectura. Aquí, si no puedes comprar un libro, puedes llevártelo prestado. Sin requisitos, sin cuotas, sin explicaciones.
“Si alguien cree que puede mejorar su calidad de vida con mi ayuda, yo le presto libros”, dice Luz Serra, fundadora y alma del proyecto. Su librería funciona como un espacio mixto: se venden libros, sí, pero también se prestan o regalan a quienes lo necesitan. Sobre todo personas mayores, con pensiones mínimas o solas, aunque nadie está excluido.
Este modelo, en el que la honestidad es la moneda de cambio, ha convertido a Tráfico de Libros en un pequeño refugio cultural, donde lo importante no es lo que puedas pagar, sino lo que estás dispuesto a leer.
“La cultura da miedo a algunos sectores”, afirma Serra, en referencia a las críticas que ha recibido por su modelo solidario. Pero en Lavapiés, un barrio golpeado por la gentrificación y la precariedad, su propuesta tiene una fuerza casi política: democratizar el acceso a la lectura y construir comunidad en torno a los libros.
La librería es también un espacio para estar. No solo se entra a comprar: se entra a hablar, a tomar un café, a tocar el piano —hay uno abierto al público, afinado por técnicos que solo aceptan donaciones—. La atmósfera recuerda a los cafés literarios de otra época, pero con un espíritu contemporáneo: diverso, inclusivo y profundamente humano.
Y aunque los días malos existen —“A veces no vendo nada”, reconoce Luz—, los gestos cotidianos de quienes devuelven libros con una sonrisa, o de quienes compran sabiendo que están sosteniendo algo más que un negocio, compensan cualquier cuesta.
Tráfico de Libros subsiste gracias a una mezcla de ventas (en tienda y online), donaciones de libros, y el apoyo de quienes creen que la cultura debe ser un derecho, no un privilegio. En tiempos donde el algoritmo decide lo que leemos, esta librería recuerda que aún hay espacio para el encuentro, la palabra y la generosidad sin condiciones.
Enlace a la web: https://www.traficodelibros.es/