Tal día como hoy, hace 533 años, un navegante genovés al servicio de los Reyes Católicos avistaba tierra tras más de dos meses surcando un océano que muchos creían infinito. A bordo de la Pinta, Rodrigo de Triana fue el primero en gritar: “¡Tierra a la vista!”. Eran las primeras horas del 12 de octubre de 1492, y aquel momento marcaría el inicio de una nueva era: el encuentro entre dos mundos.
Colón había partido del puerto de Palos de la Frontera el 3 de agosto de 1492 con tres naves —la Niña, la Pinta y la Santa María— y una idea tan audaz como arriesgada: alcanzar Asia navegando hacia el oeste. Lo que encontró, sin embargo, fue un continente que Europa desconocía, aunque millones de personas ya habitaban en él desde hacía siglos.
La isla a la que llegaron formaba parte de lo que hoy conocemos como el archipiélago de las Bahamas, y Colón la bautizó como San Salvador. Aquel viaje transformó para siempre la historia de la humanidad: abrió rutas comerciales, impulsó la expansión europea y, al mismo tiempo, dio inicio a un proceso de conquista y colonización que alteró profundamente las culturas y sociedades americanas.
Desde entonces, cada 12 de octubre se conmemora esta fecha bajo diferentes nombres y miradas: Día de la Hispanidad, Día de la Raza, Día de la Resistencia Indígena o Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural, según el país. Una fecha que sigue invitando a reflexionar sobre los encuentros, los desencuentros y las huellas que dejó aquel primer viaje transatlántico.
Porque, érase una vez… un navegante que buscaba una ruta nueva hacia las Indias, y sin saberlo, terminó por redibujar el mundo