El 20 de noviembre de 1975 amaneció con una noticia que cambiaría para siempre el rumbo político y social de España: tras varias semanas de agonía hospitalaria, fallecía el general Francisco Franco Bahamonde, jefe del Estado desde el final de la Guerra Civil en 1939 y figura central de casi cuatro décadas de dictadura.
Cinco décadas después, el aniversario de su muerte continúa siendo una fecha cargada de memoria, controversia y reflexión histórica, marcada por el peso de un pasado que sigue influyendo en el presente.
La salud de Franco llevaba años deteriorándose, pero fue en octubre de 1975 cuando sufrió una tromboflebitis que desencadenó una larga agonía médica retransmitida casi día a día por la prensa del régimen. A las 5:25 de la madrugada del 20 de noviembre, el dictador moría en el hospital de La Paz (entonces conocido como Ciudad Sanitaria La Paz), dejando España ante un abismo político que, paradójicamente, ya había empezado a tomar forma.
Su muerte activó el plan sucesorio diseñado por él mismo: la proclamación del rey Juan Carlos I como jefe del Estado y la apertura de un periodo que, aunque incierto, terminaría derivando en la Transición democrática.
La noticia tuvo un impacto inmediato:
- En España, el régimen movilizó un enorme aparato ceremonial. Miles de personas desfilaron frente al féretro expuesto primero en El Pardo y después en la capilla ardiente instalada en el Palacio de Oriente. La televisión pública emitió en blanco y negro un riguroso luto institucional.
- En el exterior, numerosos gobiernos reaccionaron con cautela. Las dictaduras latinoamericanas expresaron condolencias oficiales, mientras que las democracias occidentales miraban a España con expectación, interesadas en su futura estabilidad política.
Franco fue enterrado el 23 de noviembre en el Valle de los Caídos, un conjunto monumental construido durante su régimen. En 2019, su exhumación y traslado al cementerio de Mingorrubio supuso otro capítulo simbólico en el debate sobre la memoria histórica.
La muerte de Franco no significó de inmediato la llegada de la democracia, pero sí fue el detonante de un proceso imparable. En los meses siguientes:
- Se suavizaron restricciones políticas.
- Se legalizaron partidos prohibidos bajo la dictadura.
- Se inició la reforma de las estructuras del régimen.
- Se produjeron movilizaciones sociales y sindicales que reclamaban libertades.
El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas desde 1936, y un año después se aprobó la Constitución de 1978, que sentó las bases de la España contemporánea.
El aniversario de la muerte de Franco sigue planteando interrogantes sobre cómo abordar el pasado:
- ¿Cómo se convive con una memoria histórica llena de heridas aún abiertas?
- ¿Qué lugar debe ocupar Franco en los relatos educativos?
- ¿Cómo conectar estas efemérides con las generaciones que no vivieron ni el franquismo ni la Transición?
A medio siglo de distancia, los historiadores coinciden en que entender el franquismo y su final es esencial para comprender la España actual: sus instituciones, sus debates y sus tensiones políticas.
Érase una vez… un 20 de noviembre que marcó el fin de una dictadura y el inicio de un camino complejo hacia la libertad. La muerte de Francisco Franco fue el cierre de un capítulo decisivo, pero la historia —como la memoria— nunca termina en una sola fecha. Hoy, 50 años después, España sigue dialogando con ese eco del pasado.
Buenas noches D Moises, lamentablemente hoy estamos mas dividos que en ese tiempo por culpa de los politicos actuales. España se habia reconciliado y nadie se acordaba de Franco hasta que llego Zapatero y este actual le supera. Spain is diferent, saludos para Tu padre y no pierdas las mañas.