El mundo de la música cinematográfica despide a una de sus figuras más influyentes. Lalo Schifrin, compositor argentino nacido en Buenos Aires en 1932, falleció el pasado 26 de junio de 2025 en Los Ángeles, a los 93 años, debido a complicaciones por una neumonía. Su muerte marca el fin de una era en la que el jazz, la música clásica y los ritmos latinos encontraron una nueva forma de expresión en el lenguaje del cine y la televisión.
Schifrin será eternamente recordado como el creador de una de las melodías más reconocibles de la historia de la televisión: el tema principal de “Misión: Imposible”, compuesto en 1966 para la serie original. Con su inusual métrica en 5/4 y un ritmo que imita el código Morse de las palabras «MI», la pieza definió el tono de suspense y acción que acompañaría a la franquicia durante décadas, incluida su reciente entrega cinematográfica de 2025, “Sentencia Final”.
La carrera de Schifrin fue extraordinariamente prolífica. Emigró a los Estados Unidos en los años 50, tras estudiar música en París y trabajar como pianista de jazz. Pronto comenzó a colaborar con figuras como Dizzy Gillespie, lo que le abrió las puertas del mundo del cine. A lo largo de su trayectoria compuso más de cien bandas sonoras para películas y series, incluyendo títulos como “Harry el Sucio”, “Operación Dragón”, “Bullitt”, “The Amityville Horror” y “Starsky y Hutch”, entre muchas otras.
Su música fue mucho más que fondo sonoro: era protagonista. Cada partitura suya añadía tensión, ritmo o profundidad emocional a las escenas. Fue pionero en la fusión de estilos, introduciendo arreglos de jazz en contextos cinematográficos con una elegancia y sofisticación inusuales. Su talento fue reconocido con cinco premios Grammy, seis nominaciones al Oscar (aunque nunca ganó una estatuilla competitiva) y un Oscar honorífico en 2018, entregado por su admirador y frecuente colaborador, Clint Eastwood.
Además de su faceta como compositor, Schifrin fue director de orquesta. Dirigió la Filarmónica de París y trabajó con sinfónicas de todo el mundo. Incluso en sus últimos años, seguía activo: en abril de 2025 estrenó en Buenos Aires “¡Viva la libertad!”, una obra sinfónica escrita junto al director Rod Schejtman. Su legado también fue reconocido con la estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, el premio Max Steiner y otras distinciones internacionales.
Le sobreviven su esposa Donna, sus hijos William, Frances y Ryan, y varios nietos. Aunque su partida deja un profundo vacío en la música y el cine, sus composiciones seguirán vivas en la memoria colectiva. Cada vez que suene el tema de “Misión: Imposible” o los acordes oscuros de “Harry el Sucio”, el espíritu de Schifrin volverá a estar presente, recordándonos que la música, cuando está bien hecha, no solo acompaña una historia: la cuenta por sí misma.
Así se despide el mundo de un maestro del ritmo, la atmósfera y la innovación sonora. Un artista que supo transformar cada nota en emoción cinematográfica. Lalo Schifrin no solo compuso música: compuso historia.