Apple ha anunciado una colaboración con Synchron, una empresa de neurotecnología, para desarrollar una interfaz cerebro-computadora (BCI) que permita a los usuarios controlar dispositivos como iPhones, iPads y Apple Vision Pro mediante sus pensamientos. Esta iniciativa, revelada el pasado 13 de mayo, marca un avance significativo en la accesibilidad tecnológica, especialmente para personas con discapacidades motoras graves, como ALS o lesiones de médula espinal.
El proyecto utiliza el dispositivo Stentrode de Synchron, un implante en forma de stent que se inserta mediante un procedimiento mínimamente invasivo a través de la vena yugular, posicionándose cerca de la corteza motora del cerebro. Equipado con 16 electrodos, el Stentrode detecta señales cerebrales y las traduce en comandos digitales, integrándose con la función Switch Control de Apple para una interacción sin manos ni voz. Según Tom Oxley, CEO de Synchron, esta tecnología representa «un nuevo paradigma de interacción humana-dispositivo», con pruebas iniciales programadas para finales de 2025.
Aunque la innovación promete revolucionar la experiencia de usuario, especialmente para quienes no pueden usar dispositivos convencionales, surgen preguntas sobre su viabilidad y seguridad a largo plazo. Mientras Neuralink, rival de Synchron, utiliza un enfoque más invasivo con miles de electrodos, el método de Synchron evita cirugías cerebrales abiertas, pero su eficacia podría ser limitada en comparación. Apple planea lanzar un estándar industrial para BCI este año, abriendo la puerta a desarrolladores terceros, aunque la adopción masiva dependerá de superar barreras éticas y técnicas.
La noticia ha generado entusiasmo entre defensores de la accesibilidad, pero también escepticismo sobre si esta tecnología se limitará a un nicho o se expandirá a un público más amplio. Con este paso, Apple reafirma su compromiso con la innovación, aunque algunos critican que podría ser una estrategia para revitalizar el interés en sus productos en un mercado competitivo.